Uno de los aspectos más interesantes de la entrevista que Alberto Núñez Feijóo concedió a este periódico el pasado domingo fue la relativa a Cataluña. También fue la frase que mereció el titular principal: “Es muy difícil gobernar España si el PP no sube en Cataluña”. Lo que ya no quedó tan claro es cuál vaya a ser la estrategia de su partido para conseguirlo. En primer lugar, porque no se atisba la designación allí de un líder del partido con la capacidad para introducir una diferencia relevante respecto de los anteriores, todos fracasados. Alguien con el perfil de Josep Piqué, que seguramente sea el que Feijóo eche en falta. Y, en segundo término, porque sea cual sea su plan para dicha región, no parece que pueda consensuarlo con facilidad entre los suyos. El PP ha devenido en gran medida en un partido de notables territoriales; o sea, hipersensibles ante toda concesión a Cataluña que pueda verse como un privilegio diferencial respecto de sus propias comunidades.
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