El Consejo General del Poder Judicial ha sido el detonante. Por primera vez desde que hace poco más de cuatro meses Alberto Núñez Feijóo fue elegido presidente popular tras la defenestración de Pablo Casado, las tensiones han aflorado entre las dos direcciones del PP. La salida de Casado de la presidencia del PP fue tan traumática como, en principio, pacífica. Pero este mes de agosto una chispa ha prendido la mecha, demostrando que hay heridas todavía abiertas de aquel drástico proceso. El pacto secreto de la dirección anterior con el Gobierno sobre el Poder Judicial ha desatado un cruce de acusaciones entre los dos equipos del PP hasta ahora inéditas. Fuentes de la cúpula de Casado insisten en que la dirección actual “tenía desde hace meses el documento” del acuerdo que el partido suscribió con el Ejecutivo, y que Feijóo y sus máximos dirigentes niegan tajantemente haber tenido en su poder.
Pactos políticos
El CGPJ momificado
El adelanto del fin del verano político ha sido una sorpresa solo a medias. El ciclo que abre este otoño tiene dos etapas mayores: las elecciones municipales y autonómicas de mayo y las generales previstas para diciembre de 2023, coincidiendo con el final de la presidencia española de la Unión Europea (si Pedro Sánchez no decide un adelanto electoral). El Gobierno ha programado un Consejo de Ministros para este martes con el fin de aprobar la creación de un Centro Nacional de Salud Pública y el jueves el pleno del Congreso en el que debería aprobarse el decreto sobre ahorro energético que ha generado divergencias visibles dentro del PP: Isabel Díaz Ayuso anunció su propósito de llevar el decreto al Tribunal Constitucional, contra el criterio de Alberto Núñez Feijóo y del resto de los presidentes autonómicos del PP.