Más, más grandes y más destructivos. De Ourense o Lugo a Castellón o Alicante, pasando por Zamora; de Navarra a Cáceres, pasando por Ávila; de Lleida a Málaga, pasando por Zaragoza. Ninguna región parece estar a salvo. El fuego no solo devora nuestros bosques sino también las estadísticas, y las gráficas dejan de ser curvas para convertirse en líneas verticales. Hasta el 7 de agosto se han producido 43 grandes incendios forestales (GIF), es decir, fuegos que han arrasado más de 500 hectáreas de bosque. Cuatro veces más que la media de la última década, situada en 11 grandes incendios forestales anuales, y más del doble que el año pasado, cuando hubo 21. En esos 43 grandes siniestros, que suben a 45 con los dos posteriores de Bejís y Vall d’Ebo (aún activos), se han quemado cerca de 250.000 hectáreas, cifra récord, lo que supone un 84% de la superficie total afectada, según recoge el último informe de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, actualizado con datos hasta el 14 de agosto y publicado el 17. Han sido tres los fallecidos, y un total de 27.500 personas (otro récord) tuvieron que ser desalojadas de sus casas, ante unos fuegos que cercan cada vez más a las poblaciones, y cuyos entornos naturales están dejados y descuidados. Pese a todo, España no ha tenido que pedir ayuda exterior como Francia para apagar sus fuegos.
Medio ambiente
¿Puede ser una empresa alemana responsable por daños causados en Argentina?
Griselda Ruiz avanza encorvada por su finca cerca de Campo Largo, en la provincia de Chaco, en el norte de Argentina. Ella y Jorge, su marido, cultivan maíz. Entre sus plantas crecen toda clase de hierbas que hacen que su campo parezca casi verde en comparación con las enormes parcelas que lo rodean. Las propiedades vecinas están sembradas con maíz y soja, pero no se ven malas hierbas. Ella conoce la causa: los pesticidas. “El veneno está en todas partes”, denuncia. Cuando el viento sopla del norte, como ahora, les trae las sustancias químicas de los campos de soja.
Las pisadas agotan al río Chíllar
Chapotear en el agua del río Chíllar, en Nerja (Málaga, 21.018 habitantes), es uno de los mayores placeres veraniegos de la Costa del Sol oriental. De fácil acceso, unas simples zapatillas permiten recorrer ocho kilómetros por su cauce entre pozas y pequeñas cascadas. Hay una zona especial, la que atraviesa los llamados cahorros, donde la caminata transcurre por pasillos de piedra caliza esculpidos por la erosión. Pero su atractivo es también su condena. El estallido del turismo de naturaleza tras la pandemia ha incrementado la masificación en el espacio natural, con consecuencias negativas en su biodiversidad.
Francia estudia limitar los vuelos en jet privado y llevar la propuesta a la UE
El ministro francés de Transportes, Clément Beaune, ha anunciado que Francia está estudiando limitar los vuelos en aviones privados por parte de particulares y empresas, en un momento en que se exigen esfuerzos para luchar contra el cambio climático y reducir el consumo de energía. “Creo que hay que actuar y regular los vuelos en jet privado. Se están convirtiendo en el símbolo de un esfuerzo a dos velocidades”, señaló Beaune en declaraciones publicadas en el diario Le Parisien. El ministro añadió que pretende elevar la propuesta a nivel europeo para que la medida sea más eficaz.
El ‘Stonehenge español’ emerge de las aguas del pantano de Valdecañas
Se trata de una construcción megalítica que data de entre finales del siglo V y el III a.C, y en mayo de 2022 fue declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica, en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Fue descubierto por el arqueólogo alemán Hugo Obermaier en 1926 y se inundó en 1963 para la construcción del pantano de Valdecañas.