La Vuelta lo es menos sin el País Vasco, así que durante décadas, a la carrera le faltó parte de su esencia. Se quedó suspendida, en los convulsos años setenta, de las sogas que sujetaban los maderos que un grupo de manifestantes soltaron al paso de la prueba el 14 de mayo de 1978 en Durango. Los organizadores metieron en los coches a los ciclistas, los llevaron hasta Zarautz, a las puertas de San Sebastián y allí improvisaron el último final de etapa, que ganó Txomin Perurena. Fue la última vez durante mucho tiempo, que a los aficionados vascos al ciclismo se les hizo demasiado largo.
AgriculturaAlejandro ValverdeAmbienteCarreras ciclistasCiclismoCiclistasCompeticionesDeportesEducaciónEnric MasEntretenimientoJai HindleyNegocioNoticias de EspañaPaís VascoPolíticaPrimoz RoglicRichard CarapazRobert GesinkSaludTeam INEOSTeam Jumbo-VismaVuelta España